lunes, 1 de diciembre de 2008

AMLO, Ebrard y Televisa

Pablo Hiriart
Vida nacional
01-Dic-2008

Mientras López Obrador convoca a otro mitin frente a Televisa para protestar porque ya sale muy poco en la tele, hay políticos que se pasan horas en la pantalla del Canal de las Estrellas.
La nueva figura de Chapultepec 18 se llama Marcelo Ebrard Casaubón.
“Eso sí calienta”, decía Andrés Manuel López Obrador en sus tiempos de jefe de Gobierno, cuando una pregunta no le gustaba. Y la pregunta no aparecía en la televisión. Mucho menos sus tartamudeos cuando se enredaba en las respuestas.
Claro, en esa época Televisa era “una gran empresa”, “plural”, donde “hay buenos amigos”, a la que elogiaba y hasta le sirvió de maestro de ceremonias en alguno de sus eventos deportivos.
Ahora las cosas son distintas: él dejó de ser el personaje público número uno del Distrito Federal, por la evidente razón de que ya no gobierna la ciudad, y cree que Televisa cambió.
Pero Televisa es la misma de siempre.
Él no lo ve así y arremete contra esa empresa. Duro contra los que “engañan a México” y “envenenan con mentiras”.
Bueno, el caso es que mientras AMLO hierve de enojo a las puertas de Televisa, adentro, en la cocina de la empresa, está su sucesor en la Jefatura de Gobierno y compañero de partido, Marcelo Ebrard.
Dos días con un par de horas al aire en el principal canal de la televisión mexicana, no son poca cosa.
Alguna gracia debe tener Ebrard como para que le den ese espacio.
Seguramente tiene la misma gracia que tenía López Obrador cuando Televisa le mandaba un comediante a las conferencias de prensa matutinas.
Ese personaje le cantaba Las Mañanitas en su cumpleaños, le regalaba manzanas, le echaba flores, y los actos de cortesanía eran transmitidos en el noticiero que conducía Brozo.
El enviado de Televisa interrumpía a los reporteros cuando le hacían preguntas embarazosas al jefe de Gobierno, y le pedía que explicara quién era el “chupacabras”, para que AMLO se despachara con burlas hacia sus oponentes políticos.
Alguna gracia debía tener López Obrador para que le mandaran a la secretaria de Brozo, la despampanante Isabel Madow, a darle un besito en la mejilla de vez en cuando, y ese beso pasaba a todo el país.
López Obrador se dejó seducir. Le encantaba. Y ahora truena contra esa empresa y convoca a mítines para insultarla.
¿De veras creyó que salía en esas escenas debido a un carisma arrebatador?
Si eso pensaba, debe asumir que ha perdido sex appeal.
El que ahora está en las nubes es Ebrard. Ni modo. Así es la tele.
Ebrard debutó la semana anterior en el Canal de las Estrellas, por la mañana, en el Parque México, donde fue recibido por la conductora Andrea Legarreta:
“Estamos con nuestro jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard”. (Voltea hacia donde está el público) “¡Un aplauso para Marcelo!”
Luego interviene Ernesto Laguardia y se dirige hacia el jefe de Gobierno: “Llegaste ¡y cómo te quiere la gente! Estaban aquí felices (El público ovaciona a Ebrard)”.
En otro momento, ya en la cocina de Televisa, Galilea Montijo dice que “ya estamos con el chefcito. Bienvenido. Pero déjame, le pregunto a Marcelo: ¿Te gusta la cocina?”
Ebrard contesta con su peculiar agudeza: “No sé mucho de cocina, pero me encanta”.
Más adelante el chefcito le enseña a Ebrard a hacer galletas: “Esto lo vamos a llevar al horno por 15 minutos a 180º; cualquier cosa que tenga azúcar va a 180º al horno”.
Ebrard: “No lo sabía, ya aprendí eso”.
Y así se pasa el tiempo con Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno de una ciudad que casi no tiene problemas, en días de semana, horario de trabajo, agasajado por sus anfitriones de Televisa: Andrea Legarreta, Gloria Trevi, Galilea Montijo, Anette Cuburu… ¿Quién dijo que no hay cariño?
Pero como la televisión no vive del aire, Andrea Legarreta manda a una cápsula. ¿De quién?
Dice: “Vamos a irnos a una cápsula, precisamente de nuestro gobierno. Algo que me encantó es que estaba leyendo en todas las proclamas de salud que también hay su dotación de Viagra, señor, si usted es un adulto de la tercera edad. ¡Bien, Marcelo!”

http://www.exonline.com.mx/diario/columna/430811

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