miércoles, 3 de diciembre de 2008

Razones

Jorge Fernández Menéndez
Razones
02-Dic-2008

El fin de semana sirvió para que se midieran las fuerzas y los proyectos que, sólo de manera formal, convergen en el PRD: asumió la dirección del partido Jesús Ortega y lanzó, por otra parte, su movimiento, René Bejarano. Y el debate, lo que refleja la profundidad de la división perredista, se ubicó en dos puntos: el dinero y las candidaturas.
El PRD recibe, en prerrogativas, solamente a nivel federal, cerca de un millón de pesos diarios, además de los espacios publicitarios gratuitos y muchas otras prestaciones a las que son acreedores los partidos y que se manejan desde su dirección nacional. En las últimas semanas el tema del dinero estuvo más presente que nunca en el debate perredista. Una de las razones por las cuales Alejandro Encinas y los partidarios de la corriente lopezobradorista sostuvieron que no dejaban el partido fue porque “no le iban a regalar las posiciones y las prerrogativas” a la corriente mayoritaria, que es la de Ortega.
El propio López Obrador se ha visto cuestionado al respecto porque un grupo de legisladores impusieron una cuota de 20 mil pesos de sus salarios para otorgarle un “aguinaldo”, al ex candidato presidencial, de 800 mil pesos, al tiempo que se informó que la cuota promedio para los legisladores y los funcionarios de alto nivel oscilará el año próximo entre los cinco mil y los diez mil pesos mensuales por cada uno de ellos, lo que termina siendo una cantidad millonaria. El diputado Antonio Ortega, hermano de Jesús, anunció que como no existe una rendición de cuentas de ese dinero y la corriente de Nueva Izquierda es desplazada de la toma de decisiones del lopezobradorismo, sus legisladores dejarán de aportar esa cuota, a lo cual los bejaranistas contestaron que desde tiempo atrás ya no apoyaban económicamente a López.
El tema del dinero que recibe López Obrador y del que no existe seguimiento ni transparencia alguna, obligó al ex candidato presidencial en días pasados a asegurar en una conferencia de prensa que “él vive del financiamiento del pueblo” y advirtió a los periodistas que “por ahí no le busquen”, lo cual no deja de ser una declaración paradójica porque exactamente de eso se trata: si se vive del dinero del pueblo, sobre todo cuando ese “pueblo” está conformado por legisladores y funcionarios o por prerrogativas partidarias, se deberían rendir por lo menos cuentas de en qué y cómo se gasta. Y eso mismo es lo que muchos militantes del PRD le están reclamando a su ex candidato presidencial.
Porque dinero no falta: el domingo, con centenares de autobuses rentados, René Bejarano lanzó su Movimiento con el respaldo de muchos dirigentes del lopezobradorismo, incluidos entre los participantes por lo menos uno de los tres hermanos de López Obrador que participan en el Movimiento: allí estuvo Arturo, presentado como uno de los coordinadores de la organización que encabeza el ex coordinador de campaña en el DF y ex secretario particular de López Obrador, que se dio el lujo de ofrecer en su discurso lecciones de ética y borró toda su historia con un simple ofrecimiento de disculpas (¿a dónde fue todo aquel dinero que recibía Bejarano?, hasta ahora, tantos años después, éste no ha dado una respuesta y la Procuraduría capitalina jamás se la ha exigido). Bejarano dijo que su movimiento también se financiará con cuotas de los legisladores perredistas, lo cual implica que éstos ganan mucho dinero como para aportar simultáneamente a Bejarano, a López Obrador y al partido (o a sus respectivas corrientes) o que, una vez más, las cuentas no cuadran en estos grupos del sol azteca.
Quizás por eso Ortega, en su discurso de toma de posesión de la presidencia del perredismo, puso el acento en la transparencia: el PRD no puede presentarse como un partido que exige los más altos parámetros en contra de la corrupción y del gasto corriente del gobierno (López Obrador dice que se pueden recortar hasta 300 mil millones de pesos anuales del gasto corriente... sin decir cómo se podría lograr eso sin despedir a miles de empleados) y, al mismo tiempo, tener un movimiento encabezado por su ex candidato presidencial, que no rinde cuentas a nadie, ni a su partido, aunque se supone que éste lo financia. O cuando, como también dijo Ortega, no se ha indagado suficientemente qué sucedió con las elecciones internas del 16 de marzo y cuántos movimientos oscuros se dieron en torno a ella.
El tema es clave porque del dinero se salta a las candidaturas. Y éstas deben ser financiadas con recursos. La gran novedad, no porque no estuviera en los corrillos políticos desde hace mucho tiempo, sino porque fue divulgada por Ortega, es que la nueva dirección del partido tratará de buscar hacia 2012 un frente amplio que esté encabezado por una figura no necesariamente partidaria y Ortega dice que esa persona debería ser el ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, quien en otras oportunidades, sin entrar en detalles, ha dicho que una opción política de esas características no le desagradaría. Plantear una candidatura como la del ex rector para 2012 implica todo un cambio de perfil y de formas de acercarse a la política en el PRD y eso precisamente es lo que intentan impulsar Jesús Ortega y su equipo.
Pero ello deja fuera a los bejaranistas y a otras corrientes radicales que apuestan todo a López Obrador y a una línea de confrontación abierta con el gobierno y con los otros partidos, unas corrientes que buscan acercarse más al poder por la movilización que por los votos. López Obrador no dejará de buscar la Presidencia y por lo pronto tanto Convergencia como el PT, con más éxito el primero que el segundo, están cosechando a los lopezobradoristas que dejan el PRD y piensan mostrar su fuerza en 2009. La pregunta en todo esto es dónde queda Marcelo Ebrard.

http://www.exonline.com.mx/diario/columna/431762

No hay comentarios.: