jueves, 4 de diciembre de 2008

Dinero congelado

Catón
DE POLÍTICA Y COSAS PEORES
3 Dic. 08

Uno de mis mayores gozos es ser cursi. Por temor a parecer cursis muchos se pierden algunas de las mejores cosas de la vida o niegan otras. Yo no tengo empacho en decir que me gusta la música de Lara; que se me hace un nudo en la garganta en la escena final de El puente de Waterloo, y que me sé de memoria La balada de la vuelta del juglar, de don Luis G. Urbina. Por eso, porque soy cursi, puedo reconocer la cursilería cuando la veo. No necesito usar la clásica definición: "Lo cursi es lo elegante fallido", para identificar algo como cursi.

Desde esa perspectiva digo que la pista de hielo que Marcelo Ebrard pone en el Zócalo es bastante cursi. Es la chabacana pretensión de ser lo que no se es, de tener lo que no se tiene, de hacer lo que nunca se hace. Dinero congelado -y luego echado al caño- para dar la ficticia ilusión de lo ilusorio. Y ya no digo más. Después de esa frase: "la ficticia ilusión de lo ilusorio" (por cierto bastante cursi), no puedo añadir nada... FIN.

http://www.reforma.com/editoriales/nacional/474/947382/default.shtm

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